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TRINIDAD ARROYO VILLAVERDE

Un 26 de Mayo de 1872 en una familia burguesa de la ciudad de Palencia nació Trinidad Arroyo Villaverde, la primera oftalmóloga española.


Con el apoyo de su padre luchó por acceder a la enseñanza secundaria, al bachiller y por último a la universidad, vetada en aquel momento a las mujeres.


Dudó si estudiar derecho, farmacia o medicina. La primera la descartó por lo difícil de que le confiaran algún caso a razón de su sexo y la enfermería por ser una profesión en la que una se limitaba a realizar lo ordenado por el médico y la dificultad para demostrar valía científica.


Cursó medicina en la universidad de Valladolid y se especializó en oftalmología en Madrid, defendiendo su tesis doctoral en 1896.


Creó junto a su hermano Benito una consulta privada en su residencia familiar en Palencia, desde donde se desplazaron a pueblos y ciudades aledañas a ejercer su profesión. Posteriormente trabajó mano a mano con su marido, el Dr. Manuel Márquez, quien se especializó en oftalmología por influencia de Trinidad. A ella se refirió como: "mi condiscípula y amiga primero, mi primer maestro de clínica oftalmológica hacia la que despertó mis aficiones después, mi inteligente colaboradora y sensata consejera..."


La pareja compartió consulta privada, docencia universitaria, publicaciones, congresos, tareas de hogar y cirugías, como la que salvó la vista del gran dramaturgo y político español Benito Pérez Galdós.


Consciente de la influencia que su ejemplo podía tener en otras jóvenes, colaboró con diversas organizaciones y publicaciones para apoyar y promocionar el desarrollo de la educación de las mujeres, y fue cofundadora de la Asociación de Mujeres Médicos de España


Fue una mujer con grandes inquietudes intelectuales que tomó voz y partido en cuestiones políticas, sociales y religiosas, al igual que su pareja. Tras la Guerra Civil Española, su activismo político les empujó al exilio en México donde siguió practicando su profesión.


Solo regresaría a España en 1955, durante un breve periodo de tiempo, para legar sus bienes al Instituto de Segunda Enseñanza Jorge Manrique. El objetivo, crear becas que ayuden a jóvenes con pocos recursos de su tierra a continuar con sus estudios.


Esta es una de las muchísimas mujeres que han contribuido de forma notable, no solo al avance de la medicina, sino al de toda la sociedad. Algunas historias podemos contarlas, otras miles, desgraciadamente, son desconocidas o han sido borradas y silenciadas.


Busquemos sus historias y gritémoslas al mundo.




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